Si alguno estaba pensando en crear un nuevo cliente de Twitter, leer el mensaje que han enviado a los desarrolladores le ayudará a despejar sus dudas: no quieren más clientes que controlen la experiencia del usuario, como se le muestran los 'tweets', la nomenclatura de cada acción, las recomendaciones, etc... A quienes ya tienen un cliente en marcha le permitirán seguir integrando al servicio (aunque es un mensaje claro de que tienen los días contados frente a los clientes oficiales) y también a quienes desarrollan sistemas de analítica, CRM y verticales (Hootsuite, Radian6, Instagram).
Muchos desarrolladores y compañías - sobre todo Ubermedia - deben estar ahora dándose cabezazos contra la pared. Años y mucho dinero invertido en construir sobre Twitter (y ayudando mucho al desarrollo y expansión del servicio) para llegar ahora a un callejón sin salida. Los argumentos desde Twitter son razonables: poder cuidar la experiencia que se tiene con su servicio y, aunque no lo digan, ser el interfaz con el usuario es donde está el dinero, pero la relación para con su ecosistema no ha podido ser más utilitaria: mientras nos venía bien hiciesen clientes buenos de lo que luego tomamos ideas, adelante, en cuanto hemos creado los clientes oficiales, cambiamos las reglas.
Aquí hay dos lecciones para navegantes: desde que en 2007 discutíamos sobre los riesgos de construir sobre una plataforma de un tercero, las cosas no han cambiado mucho, las nuevas plataformas que prometen un montón de ventajas tienen un riesgo terrible, que es el control por parte del proveedor de la misma; la otra es que, hasta que Twitter encuentre su gran negocio, todo desarrollo basado en él corre el riesgo de ser el siguiente en ser decapitado.
Un análisis en la dirección opuesta es el de Jesee Stay
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